La ira.
La ira y el resentimiento
te pueden paralizar.
Pero es real: la furia.
Aún cuando no lo es,
puede cambiarte....
puede modificarte....
moldearte y transformarte
en alguien que no eres.
El único beneficio de la furia, entonces...
es la persona en que te convierten.
Con suerte, alguien se despierta un día
y se da cuenta de que no le teme a este viaje,
alguien que sabe que la verdad es, como mucho
una historia parcialmente contada.
Que la ira, como el crecimiento, viene en oleadas,
y cuando se va, deja una nueva oportunidad
de aceptación y la promesa de la calma.
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